El insulto como estrategia...Karlos R. Prado

Se desató la tormenta. Iracundo y profundamente temeroso por la movida de piso de las Primarias, tronó desaforado y mercurial, encadenado desde su particular Olimpo mediático, nuestro dictador postmoderno. Mostrándose, a la vez, sobrado y amenazador, adelantó la que será la estrategia primordial de su campaña: el insulto.
Serán ofensas en cascada, a la velocidad de ráfaga de los queridos y requetebién pagados Kalashnikovs. Soltadas con el desparpajo, la falta de escrúpulos, educación política y los bajos instintos de un mortal cualquiera que sucumbió a los excesos del poder, al que el destino, la ambición desmedida y la ingenuidad política de una nación dotaron de un dominio casi absoluto sobre la vida pública de todos sus coterráneos.
Serán insultos con el propósito específico de buscar la pelea, el choque. Pero, no para confrontar ideas, programas o perspectivas. No. Es la embestida poderosa, pero ciega y sin luces del toro de lidia para que no lo molesten e intentar preservar su territorio. Es la agresión para estimular única y exclusivamente la polarización. Para que los venezolanos tomemos un bando tipo Guerra a Muerte. Conmigo o contra mí. Es la estrategia que él cree que conviene a su triunfo electoral. No es para contrastar argumentos, ni políticas públicas, ni visiones de futuro. Es una propuesta para degradar el debate democrático a ras del albañal expositivo de Mario Silva.
Frente a esta estrategia inicial de combate sucio sin prisioneros, pareciera que lo mejor es dejar pasar. A palabras necias oídos sordos, dice la popular conseja. Que se desgaste desparramando su bilis.
Hay que dejarlo solo en sus pataletas atrabiliarias, como a los niños pequeños. Que sean los otros actores secundarios de la oposición los que le contesten, si es necesario.
No hay que rebajarse a su nivel. Si quiere debatir ideas públicamente, bienvenido sea. Si no, a desentenderse de ese orate y que se siga diseminando, casa por casa, el mensaje de unión y progreso de la MUD porque, cada vez que éste se vocea, se transforma en un mazazo crítico descomunal a las putrefactas bases del fallido Socialismo del Siglo XXI.

KARLOS RAFAEL PRADO

Fuente: Tal Cual/Aqui Opinan Libremente/pag22
Jueves 01 de Marzo de 2012




Comentarios